17 de diciembre de 2013

Suicidio frustrado

Mientras enciende el cigarrillo un tufo intenso le llega a la nariz y Daniel recuerda que el pan sigue en el tostador. Cuando llega a la cocina solo puede rescatar un mendrugo ya carbonizado. Recoge la cuerda y devuelve la banqueta plegable a su lugar bajo la mesa. Jamás realiza un trabajo sin haber desayunado antes.

Imagen: Amparo Barroso



22 comentarios:

  1. ¿Qué sucedería después del desayuno...?

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  2. ¡Pam, pam, pam! Como tres detonaciones o tres campanazos. Y ya está: una historia perfecta.
    Qué buena eres, Frida.
    Un abrazo.

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    1. Jo... qué rubor me sube. Muchas gracias. Muá, muá, muá.

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  3. Tremendo impacto. Una gran historia en pocas palabras, pero taaannn bien puestas... que no hace falta nada más.
    ¡¡Te felicito!!
    Mil besos.

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    1. Muchas gracias, Mare. Cuesta escribir tan pequeño pero una vez que te lanzas resulta casi adictivo.
      Mil besos también para ti.

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  4. Tras engullir de un trago su amargo café, carga con su herramienta dispuesto a cumplir su encargo, su trabajo.
    Daniel sabe que será un día duro, y el aroma de mendrugo mal quemado no hace más que presagiar que algo no va ir a bien.

    Ya en su vehículo recibe las instrucciones en su navegador, la dirección le resulta familiar. De repente el temor le anuda la garganta.

    Cada calle, cada cruce, le trae recuerdos familiares, de niño correteando, de adolescentes besos robados, de despedidas y vueltas. Su vehículo avanza automáticamente hacia el lugar donde debe cumplir con su encargo.

    Sigue avanzando y cuanto más cerca de su destino, más presión siente en su estomago vacío. Todo empezó con un mal presagio, y lo que parece una pesadilla empieza a ser real.

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    1. Bueno, bueno, bueno, Sr. Anónimo. Qué historia se ha marcado usted a raíz de mi humilde micro. No sé si su Daniel y el mío se disponen a hacer el mismo trabajo, pero bravo, bravísimo. Me encantaría verle la cara para felicitarle con todos los honores. Quizás en otra ocasión.

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  5. Cómo me gustó el micro, Frida, solo tú eres capaz de hacerme sonreír con un suicidio. Fue de los más originales de esa edición. Enhorabuena.

    Besos y abrazos

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    1. Muchas gracias, querida Atxia. Es un placer tenerte por aquí.

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  6. Querido Nuevo Año 2014, estás a punto de nacer y el mundo por entero se amontona en la sala de espera contigua al paritorio con los ojos de la esperanza puestos en ti. Pero tendrás una vida tan corta y una carga de plomo tan grande sobre la espalda de tu almanaque que a buen seguro te será imposible acabar con todos los males terrenales que en herencia te han dejado los calendarios desgajados. Pero sí que podrías llegar a ser un buen año, el mejor de todos, el pionero de la saga de tus herederos, si propusieras ciertos cambios que tanto necesita este planeta color príncipe de cuento.
    En primer lugar, podrías hacer uso de una balanza, no hace falta que sea muy grande sólo que haya sido bien calibrada, para que se repartan por igual el agua y los alimentos entre todos los habitantes, sin atender a razas, nacionalidades ni religión.
    En segundo lugar, te recomiendo una buena escoba de las que están hechas con hojas secas de palma, las usadas por barrenderos porque son las que mejor se llevan la suciedad más acumulada. Pues bien, con una de ésas podrías barrer las grandes injusticias que a diario soportan los sectores más débiles de la población: ancianos, niños, enfermos y minusválidos, como consecuencia de la avaricia y egoísmo de las clases de poder.
    Y, en tercer lugar, ¿Podrías hacer que los dictadores y amigos de las guerras nacieran sin ombligo? Así dejarían de mirárselo y, quizás, tal vez, se fijaran en el ombligo de las posibles víctimas.

    Apenas unas contracciones más y te tendremos muy pronto en nuestros brazos. Todas las esperanzas puestas en ti.

    BIENVENIDO Y FELIZ 2014.


    http://lecturaalahoradelte.blogspot.com.es/

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  7. Inquietante, como tú sabes, querida Frida. Un micro de antología, te lo dice un admirador.
    Espero que Daniel se lo pensara mejor y, con la barriga llena, recondujera su vida.
    ¡Besos!

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    1. La recondujo, la recondujo.
      Se fue al bar de la esquina y se tomó un café y dos porras, ensimismado por las sonrisas que la camarera le dedicaba. No hay nada que el amor no cure. Eso sí, aquella mañana volvió a su casa con la camisa llena de lámparas :-)
      Gracias por tu visita.
      Besos.

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  8. parece sacado de una novela de intriga.¿de cual? Quiero mas...

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    1. Gracias por tu visita, querida Isaboa. Tú sí sabes cómo cuidar a los amigos. Qué generosidad la tuya. Besos, corazón.

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  9. A veces solo un instante separa la muerte de la vida, avanzar o retroceder, cambiar o permanecer. Es siempre la casualidad la que opera sobre las situaciones. A la gente ordenada le puede ocurrir esto: incluso salvarse por una tostada olvidada. Con lo que me gusta la síntesis - y las cosas sugeridas - es evidente que este relato es de los míos :-)

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    1. No debía ser su día, como suele decirse, ese que al parecer tenemos todos señalado :-)
      Algo tan insignificante como una tostada se interpuso y en su insignificancia lo cambió todo.
      Gracias por tu visita, querido Emilio.

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  10. -Lola-
    Mini relato cargados de fantástica realidad e intriga. Sólo con las palabras bien hiladas se puede hacer eso. ¡Genial, Frida!

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  11. Excelente el Micro!
    Comprendo al protagonista porque yo no funciono sin haber desayunado antes.
    Me encantan tus letras. Un placer venir acá
    Abrazos
    Mónica/Renate

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  12. Una vida tan cuadrada, quizá, fue lo que condujo a Daniel a poner la cuerda. Y vaya, qué tan cuadrada era su vida que Daniel ahogó en sus hábitos la frustración de un suicidio no ejecutado.

    Maravillosas tus letras. Besos y abrazos

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  13. Vengo pensando en este micro desde ayer. Para mi tranquilidad sé que el pobre hombre, aunque mal desayunado con bimbo del África tropical, no muere: dice "Jamás realiza un trabajo" y no "Jamás realizó" o "realizaba", por lo que concluí que era humor negro. Carbonizado.

    La segunda reflexión venía de la inexperiencia como lector de cortos y el vicio de retocar. Pasado un número de comentarios de texto, es un camino de no retorno (a veces rehago la lista de la compra varias veces, puliendo el estilo, y nunca queda a mi gusto; no digo nada, un correo, un documento del curro o esta misma observación, que ya se me está yendo de las manos).

    Decía que sin ánimo de corrección -dios me libre-, probé a cambiar o mejor dicho, quitar cosas, como cuando estás con el Pou eligiendo una camiseta naranja y te preguntas si quedaría mejor sin ese bolsillino (o pañuelo) blanco. Las palabras en un micro, como hablábamos el otro día, tienen tarifa alta y piden austeridad y, sobre todo, crecimiento sostenible y sugerente. Así las cosas, bailé ese “ya” y lo puse después de “rescatar” o lo quité y quité también “bajo la mesa” cuando devuelve la banqueta a su sitio. Me resultaba más “rápido”, acorde con el ritmo vivo que da el presente, presente en todo el relato.

    Pero esto son jangás caprichosas y subjetivas. Donde me surgía la mayor pregunta era en el nombre. ¿Por qué Daniel?, ¿qué nos decía? Lo hubiera entendido si fuera alemán, Schweinsteiger o algo así, que suena a tío serio y metódico, pero Daniel? Yo hubiera elegido Marcos, que es el nombre más cuadriculado que se me viene a la cabeza o más aún, siguiendo las políticas de recortes, hubiera prescindido de nombres. Así, incluso quedaría en el aire si era hombre o mujer (aunque todo el mundo sabe que es un hombre; ninguna mujer se hubiera puesto a fumar previamente al acto, se correría el peligro de quemar la cuerda, y solo ellas están a esos detalles, nunca un alemán de piñón fijo).

    Pues eso, que lo leí de nuevo con los cambios. Pero todo esto de hurgar en textos ajenos como si fueran Mister Potatos, es vergonzoso.

    XYZ … ay, nunca me acuerdo cómo era.

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  14. Un micro original y en la linea de austeridad que requiere este género. Claro, conciso y libre de una pirotecnia que no necesita para inquietar al lector.

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