Felicia
Me han contado que hace mucho tiempo existió un lugar donde […] Un día el consejo se reunió para decidir qué nombre debían dar a la tierra que poblaban. Sus habitantes eran infinitamente dichosos, tanto era así que el consejo decidió otorgar a aquel lugar el nombre de Felicia.
Cuando terminó de escribir dobló el papel cuidadosamente y permaneció de pie mirando sus estuches, dudando si debía guardarlo en el naranja de las cosas que deseas, el verde de las cosas bonitas, el azul de…
-María, han llamado tus tíos, este fin de semana tampoco podrán llevarte a casa- dijo Sor Teresa desde la puerta. Y la adolescente guardó el papel en el estuche morado de las cosas imposibles.
Imagen: Zena Holloway
Sigo sin poder leer tus textos pero quiero que sepas que aun así entro a veces en el blog. Sólo puedo leer el título. Este por ejemplo tiene un título interesante.
ResponderEliminarMuchas gracias. No siempre es fácil dar con el título adecuado, así es que aunque es lo único que puedes leer, ya es un gran halago.
ResponderEliminarPara ti y para todos los que tengan problemas para ver los textos: este blog funciona mejor con Internet Explorer.
Un beso
Ya puedo leer el blog. Estaba en lo cierto: en cada hueco había un relato corto.
ResponderEliminarEs un auténtico placer leerte, Frida. No sabría con cual texto quedarme.
ResponderEliminarGracias por tu comentario último en mi blog, sobre "Butaca de entresuelo" (mi último libro de poesía y cine, premiadillo)
Si me mandas un correo intento hacértelo llegar.
graciatrin@yahoo.es
Gracias, Enrique. Después te escribo. Besos.
ResponderEliminarVoy hacia atrás leyendo porque no es bueno perderse tanto y tan bueno. Me paro en este de Felicia, pero seguiré por las páginas y las palabras que me llaman, porque el color morado de esta bitácora,no es el estuche de los imposibles.
ResponderEliminarUn placer sentarse a disfrutar por aquí.
Saludos.